La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos informó que la tasa de inflación subió cinco décimas en agosto y se situó en 3.7 por ciento.
Lo anterior, es un dato clave para la próxima decisión de la Reserva Federal (Fed) de seguir subiendo los tipos o tomarse una pausa.
Este es el segundo mes consecutivo que repuntan los precios a nivel interanual, tras una racha de más de un año de bajadas.
En términos mensuales, los precios de consumo subieron seis décimas con respecto a julio.
La tasa anual de la inflación subyacente, que mide la subida de precios sin contar ni la energía ni los alimentos y es uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones, bajó cuatro décimas y se colocó en agosto en 4.3 por ciento.
Sin embargo, mensualmente la inflación subyacente subió tres décimas en agosto.
En términos mensuales, la gasolina es el componente del IPC que más contribuyó al aumento de precios, con una subida del 10.6 por ciento, aunque en términos interanuales baja 3.3 por ciento.
Aunado a ello, contribuyó al aumento mensual de agosto el avance continuo de los precios de la vivienda, que aumentaron por 40 mes consecutivo, esta vez tres décimas. Acumula una subida interanual del 7.3 por ciento.
El precio de los alimentos, por su parte, subió dos décimas en agosto y acumula una subida interanual del 4.3 por ciento.
La inflación estadunidense había bajado en términos interanuales durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9.1 por ciento, como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos coletazos de la pandemia.
Sin embargo en julio los precios volvieron a subir, dos décimas, hasta 3.2 por ciento.