Mario Alberto Palacios
El reírse de uno mismo y afrontar con alegría las vicisitudes de la vida cotidiana, son prácticas que permiten mejorar la salud y atenuar el estrés y las presiones.
Esta es la reflexión principal del taller de Risoterapia, una Experiencia Transformadora que ofreció Letras de Poder, Agencia de Relaciones Publicas e Información, con la participación de casi un centenar de asistentes.
Este taller, impartido en auditorio WTC del Centro de Incubación de Empresas y Trasferencia de Tecnología (CIETT) de la Universidad Autónoma de Nuevo León, se desarrolló en dos fases, la primera con la conferencia magistral de la doctora Estela Castellanos, y la segunda con el comediante y cantante Aldo Show.
En su intervención, la doctora Castellanos destacó los resultados benéficos que da el reír de manera cotidiana, tanto para el cuerpo y el cerebro, como para la salud mental.
La especialista señaló que cuando una persona disfruta un momento agradable y lo refleja ya sea con risas o carcajadas, el cerebro genera diversas sustancias con las cuales el cuerpo se nutre de manera positiva.
Además, el reír ayuda a aliviar las tensiones emocionales, prevenir infartos cerebrovasculares entre otros padecimientos, pero principalmente, genera emociones positivas con las cuales cada individuo, en su niñez, adolescencia y edad adulta, contribuye a disminuir las presiones cotidianas.
A su vez, en una combinación de interpretaciones musicales, imitaciones y relatos cómicos, en los que de cuando en cuando hacia interacciones con algunos integrantes del grupo o reflexionaba sobre la vida, la familia, los efectos de la tecnología como el teléfono móvil o el cambio de valores morales y sociales, Aldo Show puso en práctica los conceptos de la Risoterapia.
El multifacético artista mantuvo por poco más de una hora a los espectadores al borde de las lágrimas, pero a causa de sus ocurrencias y sus chistes, aderezados con palabras altisonantes que generaron muchas risas y carcajadas.
Acompañado de dos músicos, quienes además generaban sonidos complementarios o que enfatizaban lo expresado por el comediante en cada chiste, Aldo Show demostró que no hay mejor medicina para el alma y el corazón que la risa.