14 octubre, 2024
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Resiliencia

Cuando la vocación trabaja, la jubilación puede esperar

En 8 años, se convirtió la escuela en el lugar más seguro para los niños y lleno de confianza, de acuerdo a la Secretaría de Protección Ciudadana.
Por: Guadalupe Meza

Como si fueran flores de loto en un pantano, los alumnos de la Escuela Primaria “Ricardo Covarrubias Chacón” brillan con sabiduría y fortaleza.

Los estudiantes del plantel educativo, ubicado en Cadereyta Nuevo León, destacan en sus resultados por el trabajo de María Cristina de León Martínez, directora del plantel en su turno matutino.

Este plantel educativo atiende 325 alumnos en 10 salones totalmente climatizados y con cámaras de circuito cerrado. La totalidad de los estudiantes portan uniforme de gala o deportivo, según la ocasión, y reciben un alimento gratuito todos los días.

“La mayoría viene a la escuela sin desayunar, sus padres no cuentan con recursos para alimentarlos y saben que aquí les tenemos la comida lista para cuando llegan, así estudian mejor”

asegura la directora María Cristina de León Martínez.

Hace ocho años que la maestra Cristina de León fue comisionada como directora, y recuerda que la escuela la encontró llena de basura, sin bancas, árboles, y sin lo más indispensable en los salones y baños, sin mencionar la actitud irrespetuosa de algunos de los padres de familia hacia los maestros.

“Un panorama totalmente desalentador”, recordó la directora del plantel, al asegurar que se enfrentó a todo un reto para alguien con vocación y 49 años de servicio magisterial, y quien solo iba por un año para luego jubilarse.

Como un imán, se vio atrapada por las necesidades de esa zona con viviendas sin puertas, rodeada de alumnos cuyos padres eran pepenadores de basura, alcohólicos y, en algunos casos, bajo los efectos de las drogas; abandonados o ignorados por sus madres, con pocas o nulas oportunidades de empleo.

“Había que romper ese patrón para cambiar la historia de esos niños”, menciona la directora De León.

Sabía que tenía que quedarse, convirtió la mentalidad de los niños para volverlos triunfadores; los vistió de gala e inscribió en concursos de escoltas, himnos y cultura general.

Ahora, exhiben en la pared de la dirección todos los diplomas y trofeos que han obtenido y que ahora los enaltece.

En 8 años, la directora Cristina de León convirtió la escuela en el lugar más seguro para los niños, un espacio libre de violencia y lleno de confianza de acuerdo al diagnóstico realizado por la Secretaría de Protección Ciudadana.

Estos niños llegan a la escuela y olvidan que viven en extrema pobreza, mientras escriben día con día una nueva historia.

Prohíben comida chatarra
Otro de los rasgos por los cual sobresale la Escuela Primaria “Ricardo Covarrubias Chacón”, ubicada en Cadereyta, es la prohibición de comida chatarra para su venta a los estudiantes.

Apoyándose en las modificaciones a la Ley General de Educación, que prohíben la venta y publicidad de comida chatarra dentro y fuera de los planteles educativos, la escuela decidió cumplir con la iniciativa al pie de la letra.

“En esta escuela están prohibidos fritos y refrescos”, resalta la directora De León.

De igual forma, la escuela “Ricardo Covarrubias Chacón” brinda apoyo psicológico a los estudiantes que lo requieran, con la finalidad de que puedan imaginar con una vida mejor.

“Les damos comodidades que no tienen en su casa, por eso no faltan a clases. Su vida es difícil, por ello les damos apoyo psicológico y así enfrenten sus problemas emocionales. Los hacemos fuertes para que triunfen en la vida”, asegura Cristina de León, orgullosa de sus más de 50 años de maestra.


Para alguien con 49 años de servicio magisterial, y quien le faltaba un año para jubilarse, sabía que tenía que quedarse para transformar a los niños de la escuela.

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