Por Alejandra Mendoza
Han pasado más de 2 meses en que para la orden jesuita, la muerte de sus dos sacerdotes les ha dejado un trago amargo, no sólo por su asesinato sino porque consideran que ha faltado una estrategia de seguridad en el país. A decir de la frase “abrazos, no balazos”, del presidente Andrés Manuel López Obrador, Luis Eduardo Villarreal Ríos, sacerdote y capellán del Papa Francisco, ha faltado voluntad política en la estrategia de seguridad pues los abrazos no representan una política social. “Hace falta más”, refirió en su ponencia “El crimen de jesuitas, ¿es un hecho aislado?”, organizada por la revista Letras de Poder. “Una frase que rima se escucha bonita, pero nos damos cuenta de que mientras haya control del territorio, falten oportunidades y que el negocio y el estatus del criminal no sea tocado, habrá balazos, entonces los abrazos no son políticas sociales”, afirmó. Además, explicó que un ejemplo de estrategias es Medellín, Colombia, en donde no sólo se combatió la inseguridad, sino que se realizó un cambio social de fondo. “Existen estrategias que funcionan, no basta una frase bonita”, apuntó el sacerdote y capellán del Papa Francisco. Villarreal recordó la obra jesuita altruista para que el rarámuri o tarahumara, se integre en la sociedad, sin embargo, la ideología de esta comunidad indígena es quedarse en su lugar y trabajar en la riqueza de su tierra.
Consideró que el asesinato de los religiosos deja un testimonio para todos de que, a pesar de los riesgos trabajan, en la obra de esa comunidad.
“¿Qué ganaría un criminal (con el asesinato de los sacerdotes), amedrentar una comunidad?
Me parece que la hipótesis apunta a un ataque específico hacia la compañía de jesuitas por el crimen organizado como una estrategia nacional, aunque no tengo elementos para darle créditos a esa hipótesis”, dijo. Agregó que los jesuitas han sido reprimidos históricamente.
