El Área Metropolitana de Monterrey es la mayor sociedad cosmopolita de América Latina, que experimenta el auge de edificios verticales que ofrecen vivienda, comercios y oficinas de una manera acelerada. El último reporte de mercado inmobiliario residencial de Nuevo León indica que cerca del 30% de las personas que buscan casa, en los segmentos medio y alto, prefieren los departamentos en edificios tipo rascacielos. Después de nuestro estado, el municipio de Balneario Camboriú, en Brasil, es el segundo poblado con mayor demanda de vivienda vertical en el continente. Actualmente hay cerca de 170 proyectos inmobiliarios verticales en el AMM, que se sumarían a los 60 edificios existentes. El índice de verticalización en Monterrey es superior al 40%. En el 2013 era del 14.5%. Sin embargo, pese a estar frente a una tendencia que parece imparable, hay una realidad oscura de la que no se habla. El 70% de las tuberías que suministran el servicio del agua en el centro de Monterrey se encuentran en pésimas condiciones, estando a punto de colapsar. Son las mismas que abastecerán del servicio a los nuevos edificios verticales del centro, sin añadir la crisis hídrica que se vive. De acuerdo a Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje de Monterrey, al menos 30 edificios ya presentan problemas de drenaje, escurrimientos en las calles y falta de agua, porque los constructores no realizaron los estudios de factibilidad. Otro problema que enfrentarán es rezar a los santos para que los materiales de construcción sean de calidad, cumpliendo los estándares y certificaciones. De lo contrario, aparecerán grietas en las paredes, algo bastante habitual, y uno de los motivos principales de preocupación entre los propietarios de edificios. En ocasiones se producen debido a la contracción de los materiales utilizados, aunque otras veces no aparecen hasta varios años después de finalizar la construcción. Finalmente, miles de habitantes de edificios del centro de Monterrey estarán expuestos a sufrir robos y asaltos, debido a que la zona es el polígono con mayor incidencia delictiva de toda la entidad, lo ha sido por más de 30 años. El espacio público, la recreación, la caminata, la puesta del sol, el aire son necesidades humanas que no podrán ser sustituidas por amenidades entre muros de concreto.
