Sufren pero siguen de pie a pesar del desabasto de agua, los establecimientos enfrentan la prueba de fuego para continuar con sus negocios
Por Guadalupe Meza
En Nuevo León 1,900 comerciantes están en crisis y han tenido que reinventar la forma de dar sus servicios al verse afectados por la escasez de agua.
Cuando creían que los daños del covid era la única tarea que tendrían que resolver para mantener abiertos sus negocios, llega el desabasto de agua y se convierte en la prueba de fuego para aquellos que sobrevivieron a la pandemia.
Catalina Domínguez Estrada, directora de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, CANACOPE, dijo que por falta de agua, los socios han tenido que rediseñar su imagen, los procesos y hasta su misión sin cambiar el giro comercial.
Y así es como casi dos mil comerciantes de varios giros representados por este organismo han tenido que usar todo su ingenio para descubrir cómo pueden seguir siendo parte del mercado.
Los comerciantes viven el desempleo voluntario porque están buscando otras fuentes de apoyo económico.
Catalina Domínguez señala que no existen programas para impulsar a los comercios pequeños, por lo que la CANACOPE inició hace un mes una incubadora de negocios y una clínica donde crearon 15 espacios que ofrecieron en renta económica para impulsar una nueva etapa ante esta crisis.
Este proyecto sigue creciendo y ya tienen algunos casos de éxito: Una joven emprendedora de Dr. Arroyo quien cuenta con dos plantas de agua y ahora distribuye 3,500 garrafones del vital líquido a varios municipios de la metrópoli.
Un joven comerciante que vendía productos de limpieza cuyo principal insumo es el agua, ante la escasez ofrece un taller a sus clientes, les vende el kit de fórmulas y les enseña a elaborarlos tan concentrados y optimizar su uso con los mismos resultados.
El gran aprendizaje de esta situación es que la innovación es el camino… hacer lo mismo de manera diferente