DR. JORGE O. MORENO
ECONÓMICAMENTE SOCIAL
El inicio de este 2025 es diferente por muchas razones, pero probablemente la idea que mejor lo define es que transitamos hacia un nuevo México; uno que, sin embargo, guarda un fuerte componente de algo conocido, combinado con un elemento (no menos importante) de incertidumbre asociado a lo que jamás hemos experimentado.
Esta paradoja, en la que reconocemos y desconocemos simultáneamente nuestro contexto, radica en que las reglas bajo las cuales operará el gobierno son muy diferentes a las que conocimos desde mediados de los años 90 y principios de los dos mil. Hemos pasado de una división del poder político entre distintas instituciones ciudadanas o públicas descentralizadas a una concentración del poder en torno al Ejecutivo Federal, con un elemento adicional y desconocido: la elección pública del poder judicial.
Reflexionando sobre las razones detrás de esta transición radical, encontramos como causa común el descontento ciudadano frente al fuerte componente de corrupción e impunidad que imperó en diversas áreas gubernamentales en años recientes. Esta insatisfacción generalizada derivó en una elección histórica que, castigando a los partidos tradicionales, concentró el poder político en torno a un nuevo proyecto, Morena, y a una figura presidencial. Sin embargo, considero que aún es muy temprano para evaluar los alcances y efectos de este cambio.
La presidenta Claudia Sheinbaum tiene en sus manos la oportunidad histórica de reformar y transformar al país, no en torno a una ideología, sino a un proyecto de nación que modernice sus instituciones y cree las bases para incrementar el bienestar de todos los ciudadanos. Esto permitiría que México alcance el potencial que históricamente ha tenido, pero que parece destinado al análisis teórico que explica por qué no se logra concretar.
La apuesta social ha sido alta; son tiempos de reaprender y documentar, pues la nueva historia de México se escribe cada día.