Falta de planeación y exceso de confianza tienen en vilo el suministro para cinco millones de habitantes de Zona Metropolitana de Monterrey
Por Mario Alberto Palacios
Bajo aviso no hay engaño, la sobre explotación de las reservas en las presas Cerro Prieto y La Boca, y el retraso en la construcción del segundo acueducto de El Cuchillo, llevarán a Monterrey a una nueva crisis hídrica en los primeros seis meses del 2023, a decir de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Aún y con la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de que no habrá problemas con el abasto para consumo humano, las predicciones son bajas
en cuanto a precipitaciones pluviales de enero a mayo.
Además, habría que sumar el trasvase de 200 millones de metros cúbicos (m3) al distrito de riego 026 de Tamaulipas, en los últimos días de noviembre del 2022.
Las reservas del vital líquido para atender la demanda de la metrópoli regiomontana se hallan apenas un 10% arriba del nivel en que la administración de Samuel García las recibió en octubre del 2021, lo cual derivó en los recortes parciales y después totales del primer semestre del año siguiente.
Al 15 de diciembre, La Boca que tiene una capacidad de almacenaje de 35 millones de
metros cúbicos, contaba con 26 millones de embalse, un 70%; Cerro Prieto apenas tenía 58.1 mm3, un 30% del total; y El Cuchillo su volumen era de 555.9 mm3, lo que
representa la mitad de su capacidad total.
“El tema de abasto en las presas La Boca y Cerro Prieto está agarrado con ‘pincitas’, si seguimos utilizando el agua tal y como la hemos usado, nos puede alcanzar para
los meses de marzo y abril de 2023”, indicó Luis Carlos Alatorre Cejudo, director regional de Conagua.
El Comité Técnico de Operaciones de Obras Hidráulicas emitió una recomendación al gobierno de Nuevo León para reducir la extracción de La Boca y Cerro
Prieto, para que esa agua alcance mientras llegan las precipitaciones de mediados de 2023.
La operación del segundo acueducto de El Cuchillo será hasta septiembre u octubre, pero el riesgo es que en abril se acabe el suministro en las otras dos presas,
si es que Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey deja de extraerlo.
Mientras, los datos demuestran que el 2023 será igual o peor en cuanto a los efectos de la sequía, que desde hace más de una década afecta al país, lo que llevará a las autoridades a reducir el abasto domiciliario por horas, días y semanas, extendiendo la crisis hídrica otros meses más.
