Por Mario Alberto Palacios
Conforme la ciudad crece tanto de manera horizontal, con colonias en todas las direcciones, como de manera vertical, con edificios de decenas de pisos, la electromovilidad y las nuevas tecnologías representan para Bomberos de Nuevo León retos cada vez más complejos en caso de un incendio.
Sergio Alejandro Zúñiga Alarcón, comandante y director de Operaciones del Patronato de Bomberos Nuevo León, explica a LETRAS DE PODER las condiciones a las que se enfrentan los elementos de la corporación de manera cotidiana en una urbe en pleno desarrollo.
“En los últimos 15 o 20 años, Monterrey y su área conurbada han crecido al doble, o más, en población y extensión. Sin embargo, en el Patronato de Bomberos Asociación de Beneficencia Privada (ABP) seguimos siendo el mismo número de elementos, quizás con menos estaciones, y eso complica la calidad del servicio y la atención oportuna que la ciudadanía debería recibir”, comenta.
Detalla que el déficit de estaciones en áreas de alta densidad de población, comercio e industria es significativo. A la par, la operación de empresas que emplean materias primas de alto riesgo complica la labor de los bomberos.
“Una de nuestras prioridades es aprender y atender el uso de las baterías de ion-litio, empleadas en diversos dispositivos, desde teléfonos móviles hasta vehículos automotores. En el marco de la electromovilidad, que llegó para quedarse, lo aplaudimos, pero quienes crearon estas tecnologías no consideraron las dificultades y riesgos asociados a algún posible incidente”, añadió Zúñiga Alarcón
“Al igual que en otras ciudades del mundo, donde ya tienen estas experiencias, aquí hacemos lo humanamente posible con los recursos disponibles para atender los imprevistos”.
MÁS COMPLICACIONES
Zúñiga Alarcón expresa su preocupación por el desinterés de los desarrolladores inmobiliarios en la planificación de sus proyectos verticales, cada vez más altos y complejos, en los cuales publicitan áreas recreativas, comerciales, gimnasios, albercas y otros servicios. Sin embargo, “poco o nada se preocupan en dejar espacios para el acceso de los camiones de bomberos o para la accesibilidad a hidrantes y escaleras de incendios. Sencillamente, pareciera que es lo último que quieren anunciar: que su edificio cuenta con las medidas de prevención contra incendios o desastres”, enfatiza el jefe de bomberos.
Al ser solo un patronato operado por una asociación civil, no existe en la legislación estatal una exigencia para que los desarrolladores de vivienda o departamentos soliciten supervisión y orientación de los bomberos sobre áreas de riesgo y medidas preventivas contra incendios u otros desastres.
“En todos mis años de experiencia, solo en dos ocasiones empresarios extranjeros han solicitado nuestra asesoría para definir medidas de seguridad y prevención de accidentes”, lamenta Zúñiga Alarcón. “Esto representa un riesgo potencial para la vida humana y los bienes, ya que en centros comerciales, por ejemplo, suelen colocar tubos que limitan la altura de los vehículos, impidiendo el acceso de los camiones de bomberos. Otras veces hay obstáculos, como jardineras, que dificultan el estacionamiento en caso de emergencia”.
“Falta mucha cultura de prevención, aunque no dudo que estos lugares cumplan con la ley. Aun así, persisten lagunas y falta de sentido común para prever que algo pueda ocurrir y facilitar que hagamos nuestro trabajo, salvando vidas y protegiendo bienes materiales”, concluye.