23 noviembre, 2024
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Opinión

Inversión en primera infancia para crear riqueza

ECONÓMICAMENTE SOCIAL / DR. JORGE O. MORENO

El Desarrollo Integral Infantil (DII) ha sido reconocido como una de las herramientas más útiles en la igualdad de oportunidades para el desarrollo en cualquier sociedad.
Sin embargo, la inversión que se realiza para la primera infancia en México (medida como el gasto público dedicado
a tal objetivo con respecto al PIB) ocupa el penúltimo lugar en América Latina.
Un estudio realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP, 2022) indica que la inversión en educación inicial en México
representa un 0.7 por ciento del PIB, comparado con Perú, Honduras y Guatemala que dedican 9.1, 6.0 y 5.2 por ciento del PIB, respectivamente.
Además, el estudio establece que el cierre de programas federales durante la presente administración federal ha implicado que para 2020, de los 13 millones
de menores únicamente 36.7 por ciento recibió educación inicial, creando una brecha escolar y de vulnerabilidad en el futuro inmediato del país.
El DII es fundamental para el bienestar integral, ya que provee los recursos psicológicos que abastecen las habilidades cognitivas, conductuales y socioemocionales del ser humano.
En palabras de James Heckman, Premio Nobel de Economía en el 2000, “el aprendizaje comienza desde el nacimiento, mucho antes de que empiece la educación formal, y continúa durante toda la vida”.
Como sociedad no debemos postergar la inversión en los infantes hasta que lleguen a la edad escolar, etapa en que puede ser demasiado tarde para intervenir y lograr efectos significativos.
La mejor evidencia a nivel mundial, y en todos los estratos de desarrollo, permiten concluir que es fundamental invertir en los más pequeños si queremos revertir las tendencias de pobreza.

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