ENFOQUE
WALDO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Ante cada problemática, ya sea la crisis de seguridad, la falta de agua u hoy, la crisis de ingobernabilidad, el gobierno federal ha salido a dar la cara y meter el hombro, no por un gobierno o un político, sino por la ciudadanía de Nuevo León.
Ha sido la federación quien ha venido a rescatar al estado.
En medio de la peor sequía que Nuevo León ha visto en años recientes, fue el gobierno federal junto al ejército, quienes tomaron las riendas de la gestión, llevando agua de manera eficiente e impulsando proyectos de infraestructura sin precedentes.
Luego, con la crisis de seguridad, la coordinación que el ejecutivo federal mantiene con el estado ha sido clave. Ha sido el ejército mexicano quien
ha tomado la batuta en la planeación y ejecución de las estrategias locales.
Ahora, en medio de la crisis política que enfrenta al gobernador con el Congreso local y otros poderes, aquella que tiene de cabeza la gobernabilidad
del estado y tiene detenido el trabajo del legislativo, tuvo que venir el presidente a respaldar al ejecutivo y calmar las aguas.
Ante la relación tóxica entre el MC – PRIAN, quienes primero se casaron por dinero, se separaron, se reconciliaron
y ahora atraviesan por un tortuoso divorcio, el único que ha tenido altura de miras en todo este circo ha sido el gobierno federal.
La clase política, la “vieja” y la “nueva”, tiene mucho que aprenderle a nuestro presidente. Por un lado, que la transformación de un estado no se hace con golpes en la mesa, sino con convicción, pero también mucha estrategia, sí negociando, como todo arte de hacer política así lo requiere, pero nunca traicionando nuestros valores. Y por otro, que el ciudadano, sin importar quién esté en el Palacio de Cantera, debe estar al centro de toda discusión.
Esta no será la primera ni la última vez que el gobierno federal venga al rescate de Nuevo León. La pugna política apenas empieza y no se ve a nivel local, hasta ahora, ningún actor que priorice a los ciudadanos, por sobre sus propios intereses.