Hasta el 3.3 por ciento desde el 2.6 por ciento proyectado en julio pasado.elevó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana en 2023.
La cifra es levemente superior a las previsiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que ha proyectado un crecimiento del 3 por ciento al finalizar el año.
La OCDE también aumentó el crecimiento estimado para la economía mexicana en 2024 de 2.1 a 2.5 por ciento, en un nuevo informe publicado este martes.
El organismo estima un crecimiento del 3 por ciento este año, tres décimas por arriba de su anterior previsión aunque se muestra más prudente para 2024, para la economía mundial.
“El impacto de una política monetaria más restrictiva es cada vez más visible”, señala el organismo internacional, con sede en París.
El crecimiento mundial será mayor en 2023 gracias a Estados Unidos, cuya economía podría progresar un 2.2 por ciento (0.6 puntos más respecto a la anterior proyección de junio), y los países emergentes.
El PIB de Brasil crecerá este año un 3.2 por ciento, 1.5 puntos porcentuales más que su estimación de julio pasado; el de India, un 6.3 por ciento (0.3 puntos más); Rusia, un 0.8 por ciento (más 2.3 puntos porcentuales); y Sudáfrica, un 0.6 por ciento (0.3 puntos más).
Entre los países BRICS, solo China ve revisada a la baja su expansión en 0.3 puntos porcentuales, al 5.1 por ciento del PIB.
La economía argentina se contraería un 2 por ciento, tras una revisión a la baja de la OCDE de 0.4 puntos respecto a su estimación previa, del resto de países latinoamericanos analizados.
En la zona euro, “donde la demanda ya es moderada”, según la OCDE, la expansión será este año del 0.6 por ciento, lastrada por Alemania que podría caer en recesión.
Asimismo, España registra el crecimiento más fuerte de los principales países del euro, con un avance del 2.3 por ciento del PIB, esto es 0.2 puntos porcentuales más.
En 2024, la expansión mundial será del 2.7 por ciento (0.2 puntos menos respecto a la anterior proyección), lastrada todavía por la inflación y las elevadas tasas de interés.
Por ello, desde hace más de 18 meses, los bancos centrales de todo el mundo han aplicado fuertes alzas de las tasas de interés para frenar la inflación, reavivada por la pandemia y la guerra en Ucrania.
